¡SOY PODEROSA… Y QUÉ!

Como alguien dijo una vez, una taza de café está llena de ideas.

Cuando es necesario que cambies, el Universo entero conspira que salgas de donde no debes estar, a veces viene acompañado de fuertes sacudidas como terremotos, otras veces parecen “pérdidas”, pero sencillamente son señales de que no perteneces ahí.

Ayer, precisamente me di cuenta de lo hermosa que es la libertad, aun cuando pudiera parecer soledad, no lo es… ¿por qué?, porque me tengo a mí misma, y hoy puedo ver hacia atrás y darme cuenta del poder que tengo, para inspirar, para transformar vidas, pero sobre todo para transformarme y salir adelante.

La vida es como una taza de café. Todo está en cómo la preparas, pero sobre todo en cómo la tomas.

Si tan solo aceptamos el poder que tenemos, lo comparamos con una taza de café, nos damos cuenta de que el café crece en condiciones muy estrictas, en terrenos de difícil acceso y hace un largo viaje para llegar a las tazas; así somos nosotros muchas veces crecemos en situaciones estrictas, en las que pensamos que las condiciones pudieran parecer extremas… pero no lo son.

Las cerezas del café se cosechan a mano y deben escogerse con mucho cuidado. La recolección de café es una habilidad que necesita práctica, pues el recolector debe aprender a seleccionar los frutos buenos y descartar los que no son deseables, casi grano a grano y mejora con la experiencia. Esta es sólo una de las razones por las cuales … el café es caro. Así debemos entender que nosotros somos especiales, que somos únicos y que del mismo modo que el recolector selecciona los frutos buenos, debemos seleccionar lo que nos permite crecen y avanzar en nuestra vida.

Que podemos ser fuertes, poderosos y además generosos como lo son los granos de café, que no conocemos nuestra verdadera fuerza hasta que estamos en agua caliente.

Compartimos nuestro aroma y alegramos vidas, compartimos nuestro sabor y fortaleza y transformamos instantes.

La vida quizá no es como la planeamos, pero al final del día te sientas RESPIRAS Y SABOREAS el día que terminó.

Coma una poderosa e intensa TAZA DE CAFÉ.

Sencillamente no temas a tu poder disfrútalo y compártelo,  tan solo cree en ti y date cuenta que eres ÚNICO e IRREPETIBLE.

Cuando volteamos hacia atrás solo para ver el camino que hemos recorrido, y al recordar el pasado tocaremos la cicatriz que quedó de la herida y si está no duele es porque al fin hemos sanado.